lunes, 29 de octubre de 2007

LOS 8 MANDAMIENTOS DEL PLACER- 1PARTE

CONSEJOS PARA ELLAS
1. ACEPTARÁS TU CUERPO
todas tenemos nuestros pequeños o grandes complejos, pero no por ello vamos a recordarlos permanentemente. Nada menos excitante para un hombre que una mujer que en el momento crucial dice: "¡No mires mi celulitis! O… ya se que mi pecho es pequeño, menos mal que existe el Wonderbra…
Tu chico no está ahí en esos momentos para decirte que no te preocupes sino para compartir contigo un momento de placer. Ponte en su lugar, ¿cómo reaccionarías ante un hombre que estuviese desvalorizándose o quejándose todo el tiempo de sus defectos? Se te acabarían quitando las ganas ¿no crees? Si está contigo en ese momento quiere decir que le gustas por algo, así que deja de esconderte tras una camiseta y no cortes la respiración para esconder la barriguita! Cuanto mejor te sientas con tu cuerpo, más disfrutareis del momento los dos
Piensa en el comentario de Sharon Stone. Durante una entrevista, la actriz, que sabe bien de lo que habla, afirmaba que generalmente los hombres en el momento crucial tienen otra cosa en mente como para ponerse a mirar la celulitis de su pareja. ¡Así que relájate!

APRENDERÁS A EXCITARLE
De lo que se trata es de aumentar el deseo… y eso está al alcance de todas: un escote de vértigo, una mirada pícara… y seguro que se derrite a tus pies. Tiene que ser una invitación al placer que le haga perder la cabeza. Todo empieza cuando el gesto más mínimo es una promesa de placer intenso. Tómate tu tiempo y no te olvides que cuando te haces de rogar el deseo aumenta aún más. No cedas a tu deseo desde el principio, pero demuéstrale que estás interesada. Enciende la mecha pero no hagas que explote enseguida… y sobre todo no dejes que se apague. ¡Merecerá la pena al final!
El consejo : un pequeño juego que le pondrá a cien por hora: Deja que se instale en la cama y prohíbele que te toque sin tu autorización. Sólo podrá mirarte. Siéntate en una silla vestida con lo mínimo (lencería sexy, zapatos de tacón…), comienza un striptease corto pero lo suficientemente lento para que surta efecto. Después comienza a acariciarte, lentamente observándole de vez en cuando. La masturbación femenina les excita muchísimo… Tú eliges cuando poner fin a ese delicioso suplicio acercándote a él…

DEJARÁS QUE MIRE
Desde pequeño le gustaba ver las páginas de lencería del catálogo de venta por correspondencia de su madre. A los hombres les gusta mirar y su deseo pasa por la mirada. Así que ¿Por qué privarle de ese placer? No apagues la luz (¡sólo se aceptan algunas velas!) y déjate ver, concédele el placer de mirarte.No dudes en posar de forma sugerente y en destacar algunas partes de tu cuerpo: retira tu sujetador y no cruces los brazos sobre tu pecho… y sobre todo no cierres los ojos: aprovecha para disfrutar del espectáculo, ¡el hecho que vuestras miradas se crucen es un verdadero estimulante!
El consejo: A los hombres les gusta mirar. Regálale un momento de placer haciendo que también se vea. Poneos delante de un espejo. Si te incomoda verte en el espejo ponte de espalda. ¡De este modo tu chico podrá observarse en acción!

Conoceras sus zonas erogenas
Al igual que la mujer, el hombre no se limita a su sexo y posee numerosas zonas erógenas (puntos anatómicos que una vez estimulados, provocan una excitación sexual). De hecho se suele quejar que no nos ocupamos lo suficiente de ellos. Aprende a conocerlos para explorarlos mejor. No olvides poner en práctica ciertos verbos para excitarle: besar, acariciar, mordisquear, chupar, lamer…
Todo (¡o casi!) salvo sus óganos genitales… Los labios, el cuello y para algunos las orejas pueden transformarse en auténticos detonadores de placer. Tampoco hay que olvidar el interior de los muslos donde la piel es muy fina, los pezones… y sus nalgas –que nos encanta mirar- también merecen que nos ocupemos de ellas ¡y haz que estremezca de placer!

FALTA DE APETITO SEXUAL


Falta de apetito sexual
Artículo extraído de "El libro de la sexualidad" de Elena Ochoa y Carmelo Vázquez

¿Cuándo, cómo y por qué muere el deseo sexual?

Que uno de los miembros de una pareja "nunca tenga ganas" no debe recibir la traducción inmediata de que sea una prueba de desamor o desafecto. A veces esto es así, y a veces también tiene una buena solución terapéutica.

Aún a riesgo de ser tachados de prosaicos, los clínicos han comenzado a "etiquetar diagnósticamente" este fenómeno rampante de nuestras sociedades. Inhibición del deseo sexual (IDS) es el nombre que recibe la disminución anómala del apetito sexual.¿Por qué sucede esto? Una mirada e causas psicológicas (estrés, depresión, fatiga...) y físicas (medicamentos, muchas enfermedades, alcohol...) pueden contribuir a este fenómeno.

Una excesiva visión romantizada del amor, en la que se crea que la pasió no varía con el tiempo, puede también llegar a ser problemática.

En ocasiones, esta ausencia de deseo puede ir lentamente evolucionando hacia una sensación de rechazo o aversión hacia el sexo. Igualmente, vivir experiencias traumáticas, (violaciones, abusos, vejaciones... etc) puede tambi´n configurar una actitud de repugnancia a tener relaciones sexuales con una persona concreta o bien en general

.El apetito sexual está gobernado por lees análogas a las que gobiernan otras apetencias humanas. Así, el deseo sexual se satisface, se sacia, pero también se debilita con la rutina y la repetición. Además, el impulso sexual cambia en cada periodo de la vida, se acentúa con la edad, sufre metamorfosis acompañando el devenir de la vida.

Nada de esto, en principio, es insalvable, incluso una vez que aparece. No hay que culpabilizarse ni culpabilizar por una disminución o un olvido periódico el deseo hacia el otro. Las reglas no escritasde nuestra sociedad, nos exigen ser muy productivos, y parece que también exigen serlo en el sexo.

Así, la IDS debe considerarse como un problema cuando se vive como tal por alguno de los miembros de la pareja. Intentar definir la existencia de una IDS exclusivamente en términos de frecuancia sexual es inadecuado.Muchos hombres y mujeres padecen disfunciones sexuales.

Se estima que alrededor de una de cada tres personas las padece; sea crónica o transitoriaente. Sin embargo, también se sabe que padecer un problema sexual no es sinónimo de desajuste o infelicidad.

De hecho, muchos estudios han hallado elevadas cifras en parejas que decían ser razonablemente felices y estar bien ajustadas. Así pues, el complejo flujo de la vida no se puede reducir al estricto funcionamiento sexual.

Los problemas económicos, el no saber expresar los deseos y emociones, un acontecimiento estresante como un embarazo o el conocimiento de que uno de los miembros de la pareja es infértil también pueden ser causa de un alejamiento, a veces problemático, de una relación sexual en principio satisfactoria.

El tratamiento de la inhibición del deseo sexual suele ser más complicado que el que se necesita para otros transtornos sexuales. Si el problema se restringe solamente al área sexual y la relación de la pareja esta bien conservada en otros aspectos, los terapeutas sexuales proponen la realización de diversos ejercicios durante varios días o semanas.

1. Masajes y caricias delicadas, por turnos, sin estimulación de los genitales
.2. Masajes y caricias delicadas, por turnos, alcanzando zonas erógenas y los genitales sin llegar al orgasmo.
3. Autoestimulación. Si la mujer presenta incapacidad para alcanzarlo, debe aprender individualmente a alcanzarlo. Si ambos son capaces de alcanzar el orgasmo, se recomienda la masturbación mutua.
4. Exploración de fantasías sexuales.
5. Compartir con la pareja las fantasás eróticas.
6. Compartir con la pareja material erótico.
7. Comenzar actividades completas de forma lenta.
8. No se debe intentar ninguna activida sexual a menos que ambos se sientan relajados y receptivos.
(fuente:Yomujer.com)

SEXUALIDAD FEMENINA Y SUS PREJUICIOS EN LA EDAD MADURA


La sexualidad femenina no tiene por que atarse a los prejuicios
La generalidad dice que las mujeres maduras deben seguir determinados conceptos básicos de comportamiento sexual. Mentira, cada individuo decide su comportamiento sin tener que seguir reglas absurdas.

La sexualidad humana y en particular la femenina no muere sino cuando desaparece un buen estado de salud, aunque algunos prejuicios y valores equivocados la aniquilen con anterioridad.
La próxima generación se enfrentará a mujeres criadas con los valores de independencia, trabajo fuera del hogar, permisos para el erotismo, cuidados físicos, y deseos de la relación sexual. Mujeres solas y maduras, de entre sesenta y ochenta años, saludables.
Y ante el prejuicio de que una mujer debe olvidarse de su sexualidad y mirar las fotos de cuando era joven y bella, no queda mas que hacer caso omiso a generalidades que no norman la intimidad de nadie.
El placer sexual es independiente del sexo procreativo y nunca viene mal una consulta sexológica para aclara conceptos acerca de lo que quiere, lo que rechaza sobre su sexualidad y cómo hacer para vivir mejor.
Nada de distraer sus deseos sexuales cuidando a nietos, familiares enfermos, visitando amigas o realizando funciones sociales solidarias. Una cosa no quita la otra y cada persona es capaz de hacer lo que desee sin encarrilarse en las vías del enjuiciamiento social.
El género distingue a la persona como masculina o femenina, dictamina según el grupo social si la mujer sola madura tiene permiso para el amor. En realidad, conviene aclarar que quienes condenan el erotismo de las mujeres maduras confunden sexo con género. Sexo es una condición biológica de una persona por la cual puede ser varón o mujer y tener funciones acorde con su genitalidad, que para las pautas sociales es, para la mujer, gestar hijos. La mujer madura ya no procrea pero puede sentir la pasión y el erotismo acorde con sus cambios hormonales.
Visitar a una ginecóloga sexóloga que le aconseje un buen tratamiento estrogénico de reemplazo, si su salud lo permite, o una buena lubricación vaginal, pueden ser las soluciones para seguir disfrutando del placer sexual
No hacer caso a los preferencias de genero: un hombre mayor que sale con una mujer menor es históricamente mejor aceptado que una mujer mayor que salga con alguien menor; y mas allá de las consideraciones estereotipadas establecidas, nadie puede perderse una vida plena por pertenecer a una regla que nadie sabe quien escribió.
El tema de género termina siendo, como pasa con todos los temas sexuales, un tema ético, de compromiso personal con nuestras propias necesidades, afectos y de toma de decisiones en relación con los otros, y lo mejor que se puede hacer con las reglas instaladas es considerarlas absurdas e injustas, para no entregar la vida a los prejuicios que nadie sabe quien dio como ciertos.